
- El más reciente Mapa de Carbono Orgánico del país, elaborado por Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC), evidencia que las zonas con mayor concentración de este elemento están en sitios con sobrecarga agropecuaria, como la región Andina.
- “Este nuevo insumo plasma la distribución del carbono orgánico en Colombia en las últimas décadas. El ideal es que sirva para tomar medidas que tiendan hacia la conservación de los suelos que presentan una mayor cantidad de este elemento y a aumentarlo en las zonas afectadas por la actividad antrópica”, aseguró Juan Antonio Nieto Escalante, Director General.
Luego de analizar cerca de 4.300 perfiles de los suelos más representativos del país, el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC) elaboró una fotografía sobre la distribución del carbono orgánico, un elemento fundamental en la producción de alimentos y la mitigación y adaptación al cambio climático.
El Mapa de Carbono Orgánico, elaborado con datos recogidos por el IGAC desde la década de los 80 hasta el 2012, indica que la región Andina es la más rica en este componente. En la Caribe se registraron valores bajos, en su gran mayoría relacionados con el uso inadecuado de los suelos.
“Esta fotografía es un hallazgo trascendental para el país, ya que las zonas con mayor concentración de carbono orgánico, en especial la región Andina, resultan ser las que albergan grandes desarrollos agrícolas y pecuarios, con problemas de sobreutilización en ciertas zonas”, dijo Juan Antonio Nieto Escalante, Director General del IGAC.
Nieto Escalante enfatizó que estos suelos, al contar con impactos derivados de la mano del hombre, como la deforestación, el cambio de uso y la erosión, se pueden convertir en emisores o fuentes de Gases de Efecto Invernadero, como dióxido de carbono y metano.
“Una de las funciones ecosistémicas del suelo está relacionada con su papel como sumidero de carbono. Al quitarle la cobertura vegetal, modificar su estructura por el laboreo intensivo y desarrollar actividades pecuarias sin un manejo adecuado, el suelo se puede convertir en un emisor de estos gases”.
Germán Darío Álvarez, Subdirector de Agrología del IGAC, complementó que cuando un bosque es talado para dar paso a cultivos o ganado, se libera carbono a la atmósfera.
“Esto indica que el uso inadecuado del suelo en Colombia, el cual cobija cerca del 28% del territorio, es un factor de calentamiento global. Cuando se somete un suelo a procesos de labranza, ganadería intensiva y sin prácticas de manejo, el contenido de carbono se va perdiendo, su capacidad productiva disminuye y se degradan”.
Álvarez enfatizó que el nuevo insumo técnico del IGAC representa un stock o el contenido de carbono orgánico a 30 centímetros de profundidad del suelo en los últimos años, más no revela su estado actual. “Este insumo es un punto de partida para hacer un seguimiento detallado al carbono orgánico. Es decir, establecer si esos niveles están más bajos o más altos”
Adriana Bolívar, funcionaria del IGAC y coordinadora del proyecto, aseguró que esta fotografía es el primer paso para realizar un estudio de monitoreo de carbono orgánico en el país.
“Este producto nos da pistas para empezar a conservar las zonas más ricas en carbono e implementar estrategias para aumentarlo en las de menores concentraciones, y así evitar que se sigan degradando los suelos”.
En cuanto a la región Caribe, Bolívar argumentó que a pesar de contar con una dispensa agrícola sumamente importante, los niveles de carbono son bajos. “Esto se debe al manejo agrícola y pecuario inadecuado en algunas zonas, en donde se ha perdido gran parte de la cobertura vegetal y modificado algunas propiedades físicas de los suelos”.
Por último, el Director del IGAC recalcó que no se trata de prohibir la agricultura o la ganadería, “sino en hacerlas sostenibles, con prácticas de manejo que conserven los recursos naturales. El suelo no es un tema irrelevante, ya que es un indicador de degradación, de captura de Gases Efecto Invernadero y de seguridad alimentaria”.
Mapa mundial
El pasado 30 de septiembre, varios países de Suramérica, incluido Colombia (representado por el IGAC), le entregaron a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), los mapas de carbono orgánico de cada uno de sus territorios.
“El propósito de la FAO es construir el Mapa Mundial de Carbono Orgánico, el cual mostrará la distribución de este elemento y permitirá concretar estrategias en torno al manejo de los suelos, que ayuden a garantizar la seguridad alimentaria y mitigar el cambio climático”, apuntó Álvarez.
El Subdirector de Agrología manifestó que los suelos orgánicos en Colombia y en el mundo están en alerta, ya que están asociados a la retención de carbono y a la protección del recurso hídrico.
“Los mejores suelos están donde se concentra el desarrollo, un común denominador en los 65 países miembros de la Alianza Mundial del Suelo de la FAO. En África y el Mediterráneo se han tenido que implementar modelos de producción simulada, porque ya no hay suelos. En Colombia, en la Sabana de Bogotá y el Eje Cafetero se ha dejado de producir para dar paso a la ampliación de las zonas urbanas. Si no tomamos conciencia sobre este recurso, no tendremos suelos en donde producir”.
“Resulta fundamental que todo el planeta cuente con información sobre las reservas de carbono orgánico, lo que permitiría hacer un mejor uso de las tierras y plantear oportunidades de mitigación y adaptación al cambio climático regionales. Con el mapa del IGAC aportamos un nuevo indicador de la salud de nuestros suelos”, concluyó Nieto Escalante.