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Rocas, pastos y erosión por el ganado, características de los suelos de Providencia y Santa Catalina

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Según los primeros sondeos

realizados por el Instituto

Geográfico Agustín Codazzi

(IGAC), más de la mitad de

esta zona es montañosa con

limitaciones por sus

pendientes. En la parte plana

reinan los pastos para la

ganadería, actividad que ha

degradado el suelo.

Bogotá, Marzo 25 de 2014. A

diferencia de San Andrés,

donde los agricultores se las

ingeniaron para cultivar

productos como yuca en

pequeños montículos, en

Providencia y Santa Catalina la

agricultura no ha logrado calar

mucho en sus suelos.

Esto se debe a que de las

1.800 hectáreas con las que

cuentan ambas islas, el 53 por

ciento son zonas montañosas

(más de 950 hectáreas), con

elevadas pendientes, suelos

volcánicos y grandes piedras “al granel”, donde solo especies del bosque seco tropical han

logrado permanecer. Solo en la parte más pequeña de Providencia, la zona plana, que no

supera el 30 por ciento de su área, es decir 540 hectáreas, los isleños cuentan con una opción

agrícola, pero no de cultivos, sino de pastos. Allí se han dedicado al pastoreo para el ganado

bovino.

Estas son algunas de las conclusiones a las que llegaron expertos del Instituto Geográfico

Agustín Codazzi (IGAC), luego de la primera de varias visitas al archipiélago que realizará la

entidad este año, con el propósito de elaborar los mapas de coberturas y áreas homogéneas a

escala 1:5.000, que reflejará tanto el uso que se le está dando al suelo de la isla (cultivos

agrícolas, ganadería, ecosistemas, demanda ambiental) como el estado de todos los suelos y

el uso que se les da.

En algunas áreas de Providencia la actividad ganadera se realiza en laderas con pendientes

mayores al 25 por ciento, causando daños a la vegetación natural y fomentando procesos de

degradación, como erosión y remoción en masa.

Esta actividad es realizada por un grupo reducido de personas, que tiene entre cuatro y seis

cabezas de ganado por hectárea; utilizan pastos como guinea, puntero, braquiaria, yaragua,

pará, elefante, imperial, argentina, spur grass y crab grass.

La limitada actividad agrícola se debe a la poca disponibilidad de tierras aptas para cultivos, la

limitación de los recursos hídricos, las escasas lluvias y la pérdida de competitividad del sector.

“El próximo 30 de abril regresará otra comisión del IGAC al archipiélago a realizar el

levantamiento de suelos y de las áreas homogéneas, insumos que servirán para actualizar el

Plan de Ordenamiento Territorial de todo el archipiélago, considerado una de las prioridades

del Gobierno Nacional”, apuntó Juan Antonio Nieto Escalante, director general del IGAC.

Un antiguo volcán

Las islas de Providencia y Santa Catalina hacen parte de un volcán extinguido, y presentan

paisajes de montaña y planicie marina. Según el IGAC, Providencia cuenta con diez tipos de

suelos, que van desde los maldrenados, con depósitos marinos, volcánicos, hasta los rocosos

con poca profundidad.

Por ser una zona donde reinan las rocas, el bosque y las altas pendientes (como El Pico, una

montaña con una altura de aproximadamente 300 metros sobre el nivel del mar), el área

urbana se asienta solo en el 6 por ciento de Providencia (117 hectáreas).

La planicie marina se originó por la constante acción de las olas y mareas, las cuales producen

efectos degradacionales que conforman tipos de relieve como las terrazas y los planos de

marea.

Los limitantes del archipiélago

La aptitud de uso de la tierra del archipiélago depende de la naturaleza de los suelos, de las

condiciones climáticas y otras variables sociales y económicas que inciden drásticamente en la

utilización del recurso.

La carencia de agua representa una de las causas más relevantes que afectan el desarrollo del

recurso tierra en el Archipiélago. A pesar de encontrarse rodeada por un inmenso mar, el agua

dulce escasea y genera restricciones para el consumo humano y para el establecimiento de

cultivos.

El relieve también influye negativamente, ya que es de tipo quebrado con pendientes fuertes,

que exceden los límites permisibles para el establecimiento y mecanización de cultivos

transitorios o anuales.

La poca profundidad de los suelos también impide que se den cultivos fácilmente, ya que las

raíces se encuentran con rocas coralinas y las obstaculizan.

Mayores informes:

Jhon Barros

Celular: 320-2598112

Last update Tue, 03/25/2014 - 11:03