- El Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC) analiza los suelos de las 9.500 hectáreas que conforman el Distrito de Riego del Valle de Sibundoy, ubicado en la parte alta del departamento del Putumayo.
- Este insumo establecerá la capacidad de uso y vocación de las tierras, la cobertura vegetal y la geomorfología de esta zona del país, en donde aún sobrevive un sistema de producción ancestral denominado Chagra.
IGAC, diciembre 14/2015.- Las comunidades indígenas Kamentsá (Kamsá) e Inga y aproximadamente 3.500 familias que habitan en el Valle del Sibundoy del departamento de Putumayo, sabrán cuál es el principal uso que le deben dar al suelo de sus predios.
Según el IGAC, con la elaboración del estudio semidetallado de suelos a escala 1:25.000 en el Distrito de Drenaje del Valle de Sibundoy, que establecerá la cobertura vegetal, la geomorfología y la capacidad de uso y vocación de las tierras, los campesinos e indígenas conocerán qué tipo de producto es el más apto para cultivar, o si sus predios cuentan con características para otra actividad, como la ganadería.
Para este estudio de suelos, producto de un convenio con Instituto Colombiano de Desarrollo Rural (Incoder), el IGAC tiene la meta de analizar las 9.500 hectáreas que conforman el Distrito de Riego, que están distribuidas en los municipios de Colón, Santiago, San Francisco y Sibundoy.
Esta zona del país tiene como línea productiva los cultivos de frijol y frutales y la ganadería, además de contar aún con prácticas ancestrales. Por ejemplo, las comunidades indígenas realizan un sistema de producción particular llamado Chagra, que les permite generar un autoconsumo a través de policultivos, y realizar un trabajo cultural y artesanal.
Actualmente, el IGAC adelanta la primera fase de campo para este estudio de suelos, que culminará a mediados de este mes.
“Esta primera fase de campo consiste en la identificación de suelos y la realización de 370 cajuelas (huecos de 50 centímetros de ancho por 50 centímetros de profundidad que permiten conocer los horizontes o las primeras capas de la tierra). Luego realizamos barrenadas de 120 centímetros de profundidad para identificar las capas inferiores del suelo”, informó Adriana Bolívar, funcionaria de la Subdirección de Agrología del IGAC.
En febrero de 2016, el IGAC volverá al Valle del Sibundoy para determinar la caracterización de los suelos a través de calicatas, que corresponden a huecos que se elaboran en los predios de 1,50 centímetros de ancho por 1,50 de profundidad.
“Al determinar la capacidad de uso y la vocación de estas tierras, las comunidades campesinas e indígenas sabrán qué tipo de cultivo es el más apropiado, y si son terrenos aptos para la cría de ganado. Esto no solo permitirá salvaguardar el suelo de esta zona del país, sino mejorar los ingresos y la calidad de vida de sus habitantes”, apuntó Juan Antonio Nieto Escalante, Director General del IGAC.
La comisión de la Subdirección de Agrología del IGAC que recorre el Valle del Sibundoy está conformada por ocho profesionales, que se encargaran de estudiar el terreno y sus formas, y analizar las coberturas vegetales predominantes en las 9.500 hectáreas, que cuenta en su mayoría con zonas planas.