
- A propósito del Día Nacional del Suelo, que se conmemoró el 17 de junio, Juan Antonio Nieto Escalante, Director General del IGAC, prendió las alarmas por la excesiva sobrecarga pecuaria a la que han sido sometidos los suelos del país.
- Además, reveló el ranking de los departamentos más aptos para la ganadería intensiva, semi intensiva y extensiva, y los que actualmente presentan más hectáreas dedicadas a esta actividad.
Según el mapa de zonificación agroecológica, elaborado por el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC), Colombia es un país diverso y privilegiado en cuanto a suelos, ya en sus más de 114 millones de hectáreas se puede tanto producir como conservar.
El 9,2% del territorio nacional alberga los mejores suelos para cultivar. Por su parte, el 8,7% tiene vocación forestal y el 2,7% agroforestal, mientras que el 60,6% debe ser conservado por su importancia ambiental y el 16,1% ya está protegido bajo la ley.
Los terrenos aptos para la ganadería ‘al rojo vivo’, es decir la destinada únicamente para el pastoreo intensivo, semi intensivo o extensivo, solo debería estar presente en el 2,4%, ya que 2,7 millones de hectáreas son catalogadas por el IGAC como netamente ganaderas.
Pero, ¿acaso la ganadería del país solo se concentra en este porcentaje? Según Juan Antonio Nieto Escalante, Director General del IGAC, todos los colombianos conocen esta respuesta, la cual es negativa, pero ignoran la alarmante sobrecarga por parte de la actividad pecuaria que padecen los suelos tricolores.
“El IGAC, que lleva más de 70 años estudiando y analizando los suelos del país, evidenció que cerca de 14 millones de hectáreas en Colombia ya son destinadas únicamente a la ganadería neta; cifra bastante alejada de las 2,7 millones aptas para tal fin”.
El panorama se torna mucho más alarmante si se compara con las 34,8 millones de hectáreas que ya cuentan con algún desarrollo ganadero (además de la actividad neta, los usos agroforestales y silvopastoriles), que abarcan el 30,6% del país.
“Sin ser alarmistas, junto con la erosión y la deforestación, la ganadería es una de las principales enfermedades para el suelo. El constante pisoteo del ganado causa serios problemas de compactación en los terrenos, los cuales tardarían cientos de años en ser recuperados”.
El Director del IGAC enfatizó que el ganado se está devorando tanto a las áreas más productivas para cultivar como a los ecosistemas estratégicos.
“El ganado se ha convertido en un común denominador en los páramos y humedales, afectando así estas importantes recargas de agua. Además, se ha dejado a un lado la agricultura por la ganadería, lo que causa que las tierras más arables se vuelvan áridas y pierdan su capacidad para poder cultivar”.
El ranking de la ganadería
Las más de 2,7 millones de hectáreas con capacidad netamente ganadera están distribuidas en 27 departamentos del país (ver recuadro).
Los 10 departamentos con mayor cantidad de terrenos aptos para la ganadería ‘al rojo vivo’ son Casanare (780 mil hectáreas), Arauca (485 mil), Bolívar (314 mil), Cesar (226 mil), Magdalena (164mil), Córdoba (142 mil hectáreas), Antioquia (139 mil), Santander (124 mil), Sucre (110 mil) y Valle del Cauca (103 mil).
Amazonas, Guainía, Quindío, Risaralda y Vaupés son los cinco territorios que no albergan este tipo de suelo en Colombia.
Sin embargo, el listado de los departamentos directamente ganaderos no coincide con el anterior, ya que se imponen Antioquia (1,4 millones de hectáreas), Córdoba (1,2 millones), Meta (1,1 millones), Magdalena (1,06 millones), Caquetá (909 mil), Cesar (833 mil), Santander (833 mil), Tolima (646 mil), Casanare (622 mil) y Bolívar (615 mil).
“Al comparar ambos listados se hace evidente el uso inadecuado que se le ha dado al suelo por causa de la ganadería. Ningún departamento del país tiene más de un millón de hectáreas con capacidad para soportar la actividad pecuaria neta, panorama que se da en Antioquia, Córdoba, Meta y Magdalena”, dijo Nieto Escalante.
Nieto Escalante llamó la atención sobre varios territorios, como Caquetá, Cundinamarca, Casanare y Arauca.
La ganadería extensiva e intensiva en la zona del piedemonte de Caquetá está presente en casi un millón de hectáreas, cuando su capacidad debería estar concentrada solo en 9 mil.
“Esto causa una considerable pérdida del material vegetal de la zona montañosa e incrementa la vulnerabilidad a presentar derrumbes, deslizamientos e inundaciones, además de problemas de erosión, compactación y deforestación.
En Cundinamarca, que solo cuenta con escasas 535 hectáreas aptas para la ganadería neta, esta actividad está presente en 524 mil hectáreas.
Para Nieto Escalante, el vivo ejemplo del uso inadecuado del suelo en Cundinamarca es la Sabana de Bogotá, zona que alberga uno de los mejores suelos para cultivar.
“La Sabana de Bogotá debería ser la gran reserva productiva del país. Sin embargo, estos terrenos están siendo destinados para la actividad ganadera y los procesos intensivos de conurbación. Los municipios aledaños a Bogotá están sepultando los mejores suelos productivos para dar paso a edificaciones y condominios”.
El funcionario indicó que en Casanare y Arauca ocurre lo contrario, ya que a pesar de ser los de mayor cantidad de hectáreas con capacidad para esta actividad, su uso actual es inferior.
“Las tierras de estos departamentos representan grandes oportunidades de desarrollo para la actividad ganadera neta en el posconflicto”.
Compactación, el peor resultado
La compactación causada por el exceso de ganado genera una pérdida de la estructura del suelo y de la materia orgánica.
“Restringe la profundización de las raíces y el volumen de absorber agua y nutrientes; eso sin contar que disminuye los poros grandes del suelo, lo que limita el drenaje y afecta el intercambio gaseoso”, apuntó el Director del IGAC.
Sumado a lo anterior, la compactación afecta la actividad de los organismos presentes en el suelo, disminuye la descomposición de la materia orgánica, el aporte de nutrientes, la formación estructural, la permeabilidad y la infiltración de agua.
“Esto genera un aumento de la escorrentía y un peligro más alto de erosión”, puntualizó Nieto Escalante.
Recuadro: capacidad ganadera neta vs demanda neta
POSICIÓN | DEPARTAMENTO | HECTÁREAS CON CAPACIDAD NETAMENTE GANADERA | % DEPARTAMENTAL | HECTÁREAS YA DESTINADAS A LA GANADERÍA NETA (PASTOS) | % DEPARTAMENTAL |
1 | CASANARE | 780 mil | 17,6% | 622 mil | 14% |
2 | ARAUCA | 485 mil | 20,4% | 294 mil | 12,3% |
3 | BOLÍVAR | 314 mil | 11,8% | 615 mil | 23% |
4 | CESAR | 226 mil | 10% | 833 mil | 36,9% |
5 | MAGDALENA | 164 mil | 7,1% | 1,06 millones | 45,8% |
6 | CÓRDOBA | 142 mil | 5,7% | 1,2 millones | 48,6% |
7 | ANTIOQUIA | 139 mil | 2,2% | 1,3 millones | 23,7% |
8 | SANTANDER | 124 mil | 4,1% | 833 mil | 27,2% |
9 | SUCRE | 110 mil | 10,4% | 489 mil | 46,2% |
10 | VALLE DEL CAUCA | 103 mil | 5% | 349 mil | 16,9% |
11 | HUILA | 49 mil | 2,7% | 472 mil | 26% |
12 | LA GUAJIRA | 46 mil | 2,3% | 259 mil | 12,5% |
13 | META | 38 mil | 0,4% | 1,1 millones | 13,2% |
14 | NARIÑO | 32 mil | 1,0% | 106 mil | 3,3% |
15 | TOLIMA | 29 mil | 1,2% | 646 mil | 26,7% |
16 | ATLÁNTICO | 28 mil | 8,6% | 144 mil | 43,5% |
17 | NORTE DE SANTANDER | 27 mil | 1,3% | 185 mil | 8,4% |
18 | VICHADA | 19 mil | 0,2% | 85 mil | 0,8% |
19 | CHOCÓ | 18 mil | 0,4% | 91 mil | 1,9% |
20 | CAUCA | 16 mil | 0,5% | 376 mil | 12% |
21 | BOYACÁ | 16 mil | 0,7% | 469 mil | 20,3% |
22 | CAQUETÁ | 9 mil | 0,1% | 909 mil | 10,1% |
23 | GUAVIARE | 7 mil | 0,1% | 187 mil | 3,3% |
24 | PUTUMAYO | 3 mil | 0,2% | 214 mil | 8,2% |
25 | CUNDINAMARCA | 535 | 0,02% | 524 mil | 21,8% |
26 | CALDAS | 87 | 0,01% | 290 mil | 39,1% |
27 | SAN ANDRÉS Y PROVIDENCIA | 9 | 0,2% | 354 | 7,1% |
28 | AMAZONAS | 0 | 0% | 3,6 mil | 0% |
29 | GUAINÍA | 0 | 0% | 5,5 mil | 0,1% |
30 | QUINDÍO | 0 | 0% | 27 mil | 14,2% |
31 | RISARALDA | 0 | 0% | 52 mil | 14,7% |
32 | VAUPÉS | 0 | 0% | 5,4 mil | 0,1% |