Convenio entre el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC) y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible definirá los límites de esta reserva. Además, se adelantará un proyecto para estudiar el origen y el significado de los nombres propios del lugar, dados por la etnia Awá.
En piedemonte costero nariñense, más exactamente en el municipio de Ricaurte, existe un paraíso natural donde habitan más de 243 especies de aves, el único oso de Suramérica, el de anteojos, y una gran variedad de orquídeas.
Se trata de la Reserva Natural La Planada, la cual cuenta con aproximadamente 3.200 hectáreas distribuidas en bosques de niebla entre los 1.200 y 2.100 metros sobre el nivel del mar.
A pesar de su importancia ambiental y cultural (por ser habitado por la etnia Awá), los límites exactos de esta reserva aún son un misterio, al igual que varios nombres dados por los antepasados indígenas de la región.
Por esta razón, el Instituto Geográfico Agustín Codazzi y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible suscribieron un convenio que definirá los límites de la reserva, además de adelantar un proyecto de toponimia, es decir el estudio del origen y el significado de los nombres propios del lugar.
Esta Reserva cuenta con un total de 30 puntos bautizados por los ancestros indígenas. De este total, el IGAC validará y actualizará 9 nombres, ubicados en lo que se conoce como el Chocó Biogeográfico, una de las regiones más lluviosas del mundo; esta zona cuenta con una pluviosidad de 4.800 milímetros de lluvias al año, y de sus bosques brotan 16 quebradas, que surten acueductos veredales en las zonas aledañas y alimentan los caudales de importantes ríos.
La Subdirección de Geografía y Cartografía del IGAC será la encargada de definir los nuevos límites, y de validar y actualizar los “místicos” nombres de la Reserva Natural de La Planada, que hace parte de la vertiente de la Costa Pacífica en la Cordillera Occidental de Colombia.
El director de la territorial Nariño y Putumayo del IGAC, Edgar Roberto Mora, manifestó “que los funcionarios del Instituto se encargarán de georeferenciar y validar los puntos que fueron bautizados por la comunidad indígena dentro de la Rerserva, y les encontrarán un significado a los que aún son desconocidos en la lengua española. Se mantendrán los nombres de cada uno de los lugares identificados, con el fin de preservar la historia, la importancia cultural y social y las tradiciones del territorio”.
Por su parte, el Director General del IGAC, Juan Antonio Nieto Escalante, apuntó que los funcionarios del grupo de documentación y estudio de nombres geográficos del Instituto, conformado por geógrafos, técnicos de clasificación de campo y lingüistas, adelantan este tipo de estudios de los nombres ancestrales en cuatro reservas del país.
“Este trabajo contará con el apoyo de baquianos, campesinos, integrantes de la etnia Awá y estudiosos de distintas áreas del conocimiento de la región, lo que permitirá lograr recolectar la información y estudiar detalladamente los nombres indígenas de los puntos que se ubican en la reserva, desde la parte lingüística, histórica y geográfica”, puntualizó Nieto Escalante.